Hoy tengo el día un poco melancólico así que os voy a poner, siguiendo en mi linea de afrancesamiento imparable, 4 de mis canciones francesas de amor favoritas:
Empezamos con uno de mis grupos de rock francés favoritos, KYO, y su canción Je Te vends mon âme (Yo te vendo mi alma). El estribillo dice tal que así:
Je te vends mon âme, fais de moi ce que tu veux, en retour donne moi la chance d’être mieux
Je te vends mon âme, prends ma vie et mon paysage, en échange je veux voler ton visage
Yo te vendo mi alma, haz de mi lo que quieras, a cambio dame la oportunidad de ser mejor.
Yo te vendo mi alma, toma mi vida y mis circustancias (la traducción literal es paisaje, pero creo que lo circustancias queda más lógico), a cambio quiero quedarme tu cara (nuevamente, la traducción literal sería robarte tu cara)
Seguimos con Patrick Bruel, ídolo de quienceañeras y bastante moña, pero tiene algunas canciones buenas, como J’te l’dit quand même, (Te lo digo a pesar de todo).
Si buscáis bien en los p2p, encontrareis una versión en directo donde canta el estribillo en español, y es así:
No se que decir como final, nada me suena muy original, solo repetir, aunque no este bien, Je t’aime solo repetir, aunque no este bien, te quiero
Bueno, ahora vamos con mi pequeño amor platónico, Axelle Red. Su canción, Je pense à toi (Pienso en tí)
Aunque la canción es en francés, tiene una pequeña parte en ingles:
The sky is grey
You make my day
The thought of you
Clouds move away
The world’s morning
Not happy to be
I think of you
You make my day
Que bonito
Y acabamos con mi cantante francés favorito, grande entre los grandes, el Sr. Renaud. Aunque la mayoría de sus canciones tocan temas sociales y políticos también compone canciones romanticonas de vez en cuando, como Me jette pas (No me dejes)
Mais me jette pas
J’ suis consigné chez toi
Me jette pas
Ou jette-toi avec moi
Pero no me dejes
Estoy apuntado a tu casa
No me dejes
O tírate conmigo
(en francés, para romper con alguién no se usa el verbo «dejar», sino «tirar». Son gente dura e insensible)
Que jovéncito estaba, antes de que la mala vida le dejara echo polvo.