Hete aquí que iba a escribir una entrada sobre la libertad de expresión y las distintas varas de medir. Es decir, si un militar dice algo que incomode al gobierno se le sanciona (Recordemos que a efectos prácticos los militares no tienen derecho de libertad de expresión y que sus discursos pasan por censura previa), pero a un grupo pro-terrorista ilegalizado que justifica el asésinato y la segregación ideológica hay que respetarlo.
Pues bien, pues nada la Audiencia Nacional ha prohibido la asamblea de los proterroristas, ha extendido la supresión de actividades hasta 2008 y ahora soy yo el que se calla la boca.
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