Una imagen histórica en el mundillo de Internet es la del negro nazi. Es muy habitual cada vez que aparece esta fotografía que alguien comente que la esvástica no es en origen un símbolo nazi, sino budista. Y aunque esto es cierto, realmente la camiseta que lleva el chico en la foto es 100% nazi. Suponiendo que no sea un montaje claro.
La esvástica es, en efecto, un símbolo hinduista que aparece por primera vez en los Vedas, libros sagrados hindú. De aquí pasa a otras religiones, como el budismo. En su origen es un símbolo de buena suerte que representa, entre otras cosas, el equilibrio, la quietud y la tranquilidad.
Aquí podemos ver, por ejemplo, un par de esvásticas, una sobre una estatua de un Buda, y otra en un templo:
Es tal el significado religioso de la esvástica, que podemos incluso llegar a encontrar mapas turísticos en los que se usa este símbolo para señalar la localización de templos.
Ahora llegamos al momento en que los nazis llegaron al poder. Los nazis se consideraban descendientes de la raza aria y, al considerar la esvástica como un símbolo originario de los arios, la toman como señal identificativa. En esta concepción nazi, el significado cambia para convertirse en un símbolo de superioridad racial.
En la siguiente foto podemos ver la esvástica nazi, tal como aparece en la insignia del NSDAP (el partido nazi):
¿Os habéis fijado en las diferencias entre la esvástica budista de antes y en la esvástica nazi? La primera es muy obvia. La esvástica nazi es oblicua, mientras que la budista es recta. La tranquilidad y equilibrio que trata de transmitir el símbolo budista estando apoyado sobre uno de los brazos se pierde en la simbología nazi.
La otra diferencia es más sutil. Si os fijáis en el brazo superior, la esvástica situada en el pecho de Buda o en el templo. apunta hacia la izquierda. Mientras que la situada en el logo del NSDAP apunta hacia la derecha. Aunque también se pueden encontrar esvásticas religiosas apuntando a la derecha, no es lo habitual, más bien al contrario.
Bien, pues ahora mirar otra vez la imagen del negro nazi. ¿Cómo es el símbolo que lleva? Exacto. Oblicuo y apuntando a la derecha. Como las esvásticas nazis.
Y por si aún os queda alguna duda sobre si la camiseta que lleva el chico es 100% nazi, un último detalle. Suponiendo, repito, que no sea un montaje. La esvástica que lleva ese chico está dentro de un círculo blanco que a su vez está sobre fondo rojo. ¿Y como era la bandera del Tercer Reich? (Clic para ver la imagen) Exacto. Una esvástica negra dentro de un círculo blanco sobre fondo rojo.
Así que, en definitiva, la camiseta que lleva este chico es, ni más ni menos, que la bandera del Tercer Reich.
Julio Cesar es considerado uno de los mayores genios militares de la antigüedad. No solo por sus victorias, sino también por el uso de tácticas y formas de combate bastante novedosas y avanzadas para la época. Entre ellas destacan el uso de trincheras y la realización de desembarcos anfibios.
El desembarco anfibio en Britania.
Medio siglo antes de nuestra era, Cesar partió con 2 legiones hacia Britania, es decir, alrededor de 12000 soldados, transportados en 80 barcos. Con estos efectivos, las águilas romanas atravesaron el canal de la mancha hacia la brumosa Albión.
En estas fechas, las islas del norte estaban prácticamente inexploradas. La primera misión de Cesar y sus hombres fue encontrar un lugar para desembarcar. Tarea nada sencilla, pues desde los barcos detectaron destacamentos bárbaros apostados con lanzas y flechas entre los acantilados.
Una dificultad añadida era la profundidad de las aguas, pues no era la suficiente para que los grandes barcos de transporte romanos se acercarán a la costa. Esto forzaría a los legionarios, con su pesado equipo, a atravesar medio sumergidos en el agua durante una gran extensión de terreno .
Finalmente Cesar eligió desembarcar en algún lugar del actual condado de Kent (en el sureste de la actual Inglaterra). Desde su posición a bordo, vio a las tropas británicas esperando a las legiones, bien armados y con presencia de caballería. Cesar decidió realizar un primer ataque para despejar la playa. Ordenó que las galeras más veloces fueran cargadas con balistas (ballestas enormes) y armas de largo alcance y que después se separasen del resto de la tropa romana, para poder avanzar rápidamente contra los bárbaros.
Estas armas no solo causaron numerosas bajas entre los defensores, sino que su efecto en su moral fue terrible, pues no estaban acostumbrados a este tipo de armamento. Ante la amenaza de tan poderosas y desconocidas armas, los britanos tuvieron que retirarse hasta la playa. Viendo esto, un alferez de la Decima Legión, saltó al agua portando el estandarte del águila y arengó a los legionarios con el siguiente grito: «Saltad, soldados, al agua, si no queréis ver el águila en poder de los enemigos. Por lo menos ya habré cumplido con lo que debo a la República y a mi general»
Envalentonados, los legionarios empezaron al saltar al agua, e iniciaron el ataque. Sin embargo, la situación aún estaba lejos de decantarse hacia el bando invasor. Los legionarios maniobraban con dificultad en las profundas aguas, mientras que los defensores, conocedores de las zonas donde la playa no era tan profunda, tenían a su favor el factor terreno.
Así que Cesar mandó que algunos legionaros pasaran de los grandes barcos de transportes a embarcaciones auxiliares, más maniobrables, y cargaran contra la playa, bajo la cobertura de los proyectiles, y con gran parte de los defensores luchando en el agua. Ante esta situación, viendose rodeados y tras las bajas causadas por los proyectiles, los britanos no tuvieron más opción que retirarse.
Y así fue como Cesar entró en Britania mediante un desembarco en las playas.
La batalla de Alesia
Posiblemente la batalla de Alesia fue la mayor victoria de Cesar y la más conocida. Tras una larga campaña, el momento decisivo de la Guerra de las Galias llegaba a su fín. Las legiones romanas plantarían batalla a la coalición gala, comandada por el lider arverno Vercingétorix, en la ciudad de Alesia
La situación era complicada para Cesar. Alesia estaba situada en la cima de una colina, lo que hacía imposible el ataque directo. En cuanto al numero, los romanos eran 60000, mientra que los galos contaban con 80000 hombres en la ciudad, más un cuarto de millón de refuerzos galos que estaban en camino
La idea inicial de Cesar fue rodear la ciudad con una empalizada. El objetivo era establecer un sitio y provocar la rendición de los galos por hambre. Pero los sitiados aprovechaban la noche para atacar y superar las defensas, consiguiendo alimento para la ciudad. Además la amenaza de los 250000 galos que se aproximaban como refuerzos estaba presente sobre los romanos
Ante esta situación, Cesar decidió aumentar las estructuras defensivas. Añadió torreones de tres pisos a la empalizada, desde donde se aprestaban arqueros, e hizo cavar tres trincheras, una de ellas rellena con el agua obtenida de desviar el curso de un río cercano. En total, las fortificaciones y trincheras que rodeaban Alesia se extendían en un perímetro de 17 kilómetros de largo
Pero esto no era suficiente. Como hemos dicho, 250 mil galos más venían en refuerzo de Vercingétorix y el resto de los sitiados. Con lo cual Cesar decidió que tenía que duplicar las defensas, pero encarándolas hacia afuera. 23 kilómetros más de trincheras y empalizadas fueron construidas. Los sitiadores estaban preparados para la lucha.
Finalmente llegaron los refuerzos galos y con ellos el día de la batalla. A pesar de la situación de inferioridad numérica de los romanos, superados en 5 a 1 y siendo atacados desde dos flancos a la vez por dos ejércitos distintos, consiguieron resitir el envite, gracias a las defensas construidas, teniendo que retirarse los galos, pero sin caer aún la ciudad
El según día, Vercingétorix lo dedico a preparar un ataque nocturno contra las empalizadas. Pero las legiones estaban preparadas y, ocupando los puestos preasignados con Julio Cesar y valiéndose de las trampas y defensas construidas, consiguieron rechazar nuevamente el ataque galo que, otra vez, tuvo que retirarse a la ciudad sitiada.
La situación era crítica para los galos, sin apenas comida en la ciudad. Vercingetorix decidió que solo restaba una oportunidad. Examinando desde su posición las trincheras con denuedo, los galos detectaron una zona menos protegida. Vercingetorix ordenó a su primo Vergasilauno comandar la fuerza principal para atacar dicha zona, mientras él realizaría ataques de distracción contra el resto de la empalizada
En esta situación, 50000 galos atacarían una sección de las empalizadas defendida unicamente por 4000 legionarios, mientras los hombres de Vercingetorix presionaban desde dentro y los refuerzos galos desde el exterior.
Se desató el combate. Inicialmente Cesar cabalgaba veloz de un lado a otro de la empalizada, dirigiendo a las tropas donde más era necesario hacerlo ante los ataques de Vercingetorix. Pero pronto se dio cuenta que la situación en la zona atacada por Vergasilauno era insostenible. Solo una cosa cabía hacer. Reunió a 13 cohortes de caballería y con ellas cargó a la desesperada contra la retaguardia gala.
Contra todo pronostico, la tropa gala se vino abajo. Tal vez el cansancio acumulado, el hambre, la desesperación, lo que fuera. Quizás el temor a unos hombres comandados por Cesar en persona. El caso es que los apenas 6000 jinetes romanos consiguieron hacer la suficiente fuerza como para que los 50000 galos huyeran y, como solía ocurrir cuando hombres a píe huyen de caballería, fueron casi totalmente masacrados.
La guerra se había perdido para los galos. Vercingetorix reconoce que la única opción es la rendición y que el mismo entregaría sus armas, y si fuese necesario, su propia vida o su libertad a cambio de la clemencia romana. Y he aquí que Cesar aceptó la rendición de Vercingetorix y finalizó la guerra de las Galias.
Y como dijo el general romano Córbulo, Cesár salio victorioso de las Guerras de la Galias no gracias a la espada de los legionarios, sino a la pala de cavar trincheras.
Hoy volvemos a las historias de la Antigüedad. Vamos a ver de donde viene la palabra ostracismo, los peculiares métodos que tenían los atenienses para proteger su democracia y de como vencieron a Jerjes I gracias a una votación popular.
Empecemos.
El Ostracismo
Estamos en el siglo V antes de cristo. Atenas vivía en un sistema democrático bastante avanzado, en el que la mayoría de las decisiones de importancia para la ciudad se sometían a voto entre los ciudadanos libres. Dicha democracia debía ser defendida de aquellos ávidos de poder que pudieran ponerla en peligro. Para ello, existía una votación especial que se celebraba normalmente una vez al año.
La idea consistía en que cada ciudadano cogía un trozo de cerámica y, si lo consideraba apropiado, apuntaba el nombre de cualquier otro ciudadano. Después se contaban los nombres. Si se daba el caso de que un ateniense recibiese más de 6000 votos en contra, era expulsado de la ciudad durante 10 años, aunque mantenía su honor y posesiones. De este modo, Atenas se defendía de los enemigos de la democracia.
A día de hoy se dice que una persona que ha sido apartada y olvidada por la sociedad, es una persona que vive en el ostracismo. Esta palabra viene de la griega «ostrakon», que era el nombre del pequeño trozo de cerámica usado en estas votaciones.
Llega Jerjes
Temistocles
Estamos en el 480 a.C. Jerjes, rey de Persia, inicia la conquista de la península griega. Tras derrotar a los espartanos en la Batalla de las Termópilas, prosiguió su marcha contra las polis griegas. Los atenienses acudieron al oráculo de Délfos y pidieron a las sacerdotisas que consultaran a los dioses el futuro de la ciudad. Las sacerdotisas transmitieron el mensaje de los dioses: «La ciudad será destruida, a no ser que fuese formada una muralla de madera«.
Dos lideres atenienses presentaron dos versiones sobre el vaticinio. Uno era Arístides, llamado el Justo, que afirmaba que había que construir una muralla de madera alrededor de la ciudad. El otro, Temístocles , defendía que el mensaje de los dioses era una simple metáfora. Que lo que había que hacer era una gran flota de barcos. En concreto, de los nuevos trirremes, rápidos y poderos barcos dotados de tres filas de remeros. Una muralla de barcos construidos en madera.
Quiso un golpe del destino, o los dioses de la Acrópolis, quien sabe, que los atenienses descubriesen justo en ese momento una gran mina de plata cercana la ciudad. El descubrimiento era una gran fortuna. Había llegado pues el momento de decidir. Jerjes estaba teniendo problemas en territorio egipcio, pero parecía que acabaría por solucionarlos y su siguiente objetivo sería Atenas. No había mucho tiempo.
La votación
Temístocles defendía la compra de toda una flota con ese dinero. Arístides el justo afirmaba que había que construir una muralla y repartir las riquezas entre los ciudadanos. Tras muchas deliberaciones, se decidió convocar el ostracismo. Uno de ellos recibiría más votos y sería exiliado, pudiendo así actuar el ganador libremente.
Se cuenta que Arístides caminaba por la zona de votación, pensando en su futuro y en el de Atenas, y se le acercó un ciudadano, que no le reconoció. El ciudadano le dijo, «no sé escribir, ¿puedes escribir Arístides en mi ostrakon?» Él le miró, «¿por qué quieres condenar a Arístides? ¿Tienes algo contra él?». «No, él nunca me ha hecho nada. Simplemente estoy harto de que todo el mundo le llame el justo».
Arístides escribió su nombre en silencio, como le había pedido su conciudadano, y siguió caminando. Finalmente, perdió la votación y tuvo que marchar al ostracismo.
Uno de los ostrakón, o votos, contra Aristides
Las consecuencias
¿Y qué pasó? Pues bien, con el dinero de las minas, Temistocles reunió una flota de trirremes, mientras las tropas persas avanzaban contra la ciudad. Viendo que no iban a poder defender la ciudad, los atenienses se retiraron a las islas de la zona, junto a sus aliados de Esparta, mientras Atenas era saqueada. Pero los persas cometieron un error. En vez de asediar a los refugiados griegos y vencerlos por agotamiento, se decidieron a atacar, engañados por una serie de falsos mensajes de Temistocles.
El enfrentamiento contra los persas ocurrió en en el estrecho de Salamina. En él, los nuevos trirremes atenienses comandados por Temístocles consiguieron la victoria frente a la armada persa, a pesar de que estos contaban con alrededor de 4000 barcos frente a los 400 griegos. Los Persas se vieron obligado a retirar muchas de sus tropas de vuelta a Asia, al no poder abastecerlas.
Meses después, las fuerzas griegas darían el golpe definitivo en Platea, venciendo por fin a Jerjes. Decir que en estaba batalla se encontraba Aristides el justo, otra vez junto a sus conciudadanos, defendiendo entre todos su amada ciudad.
Fuentes
La fuente principal es «Los Griegos», de Isaac Asimov, amablemente cedida por EnderTeruel ¡Gracias! La información adicional está sacada de la wikipedia, especialmente el final de la historia con Jerjes
Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado – Napoleón Bonaparte
Para algunos Napoleón fue un ególatra ansioso de poder que trató de subyugar a toda Europa. Para otros fue un hombre ilustrado que consiguió cimentar la base de los estados europeos actuales. Así, por ejemplo, el código civil francés actual se basa en el código civil introducido por Napoleón en 1804. Aparte, Napoleón era un gran aficionado a la ciencia y a las matemáticas
Hoy vamos a contar dos anécdotas sobre Napoleón. La primera, su discusión con Laplace y la segunda, algo menos conocida, el teorema que lleva su nombre
Laplace y la variable Dios
Laplace era un matemático francés que fue ministro de Interior de Francia y que sería nombrado conde durante el gobierno napoleónico. Conocido por muchas aportaciones a las matemáticas, una de ellas fue la escritura del libro «Mecánica celeste», un tratado de astronomía tan completo a dicha materia como lo fue el «Principia Mathematica» de Newton a la física. También es conocido por ser uno de los principales defensores del determinismo científico, esto es, que todo puede ser determinado y predicho por la ciencia.
Algunos sectores más conservadores de Francia criticaron a Laplace por no incluir ninguna referencia a Dios en su Mecánica Celeste. Un día, conversando con Napoleón, el emperador le preguntó por la ausencia del creador y Laplace le respondió con la siguiente frase:
«Señor, no he necesitado esa hipótesis».
La respuesta gustó mucho a Napoleón, que se la contaría a otro gran matemático, Lagrange, que también era un protegido del emperador y que respondería a Napoleón con otra frase: «No necesitar a Dios es una bella hipótesis, explica además muchas cosas»
El teorema de Napoleón
Como dijimos antes, Napoleón era muy aficionado a las matemáticas y de hecho, existe un teorema que lleva su nombre. El teorema no es realmente suyo, sino de un matemático italiano, Lorenzo Mascheroni, que le dedico un libro de geometría a Napoleón y este, agradecido, ordenó traducir el libro al francés y con lo que quedaría asociado dicho teorema a su persona
El teorema es muy sencillito y lo voy a contar no de forma matemática, sin ecuaciones. Si queréis, podéis ir a por un papel y un lápiz, pues se basa de un teorema de geometría.
Cojamos un triángulo cualquiera. Pintemos en cada uno de sus lados un triángulo equilátero (los tres lados iguales). Calculemos ahora los centros de esos tres nuevos triángulos. Pues bien, el teorema nos dice que el triángulo resultante de unir esos tres puntos es también equilátero.
El teorema también es aplicable si dibujamos los triángulos hacia adentro
Y este es el teorema de Napoleón y su relación con Laplace.
La entrada de hoy es sobre una pequeña anécdota referente al nombre de uno de los programas de ordenador más usados. Se trata del grabador de CDs y DVDs «Nero». ¿Qué significa el nombre de este programa?
Si vemos el logotipo del programa
Observamos que aparece el Coliseo ardiendo. El lema del programa es «Burning Rom», un juego de palabras entre la palabra «ROM» (Read Only Memory) y el de la ciudad Roma. «Quemando Roma» (literalmente Quemando Rom, pero ya he dicho que es un juego de palabras)
Pero ¿qué significa Nero? Pues muy sencillo. Nero es el nombre anglosajón del emperador romano Nerón
Con lo cual, el nombre completo del programa sería algo como:
«Nerón quemando Roma»
Desde mi punto de vista, un nombre genial. Espero que alguien se ganase un ascenso por la ocurrencia. Indicar, no obstante, que el logo del programa, con el coliseo ardiendo, sería incorrecto, pues el gran incendio de Roma, erróneamente achacado a Nerón, fue anterior a la construcción del Coliseo.
Por cierto, me di cuenta de la coincidencia leyendo cosas sobre la nueva peli de Star Trek, en la cual el malo se llama Nero (una foto de Nero). Nombre que, como era de esperar, no han traducido por «Nerón» en la versión castellana, como habría sido lo correcto (Nero es romulano, una raza alienígena inspirada en el Imperio Romano)
Un sibarita es una persona de gustos refinados y a la que le gustan aficiones, comidas y distracciones de una cierta calidad. Seguro que todos conocemos a alguno, e incluso seguramente todos seamos sibaritas en algún aspecto. Pero, ¿de donde viene esta palabra?
Por otra parte a la antigua cultura de Grecia se le dice «helénica». Y el país es llamado por los griegos «Hellas». Entonces, ¿por qué les decimos griegos y Grecia? ¿De donde surge esta palabra?
Como suele ser habitual en el castellano, tenemos que retrotraernos más de 2000 años para encontrar el origen de ambas.
La Magna Grecia
Estamos en el siglo VIII a.c. Las polis helenas llegan hasta el sur de la península italiana. En dicho territorio establecen una serie de colonias dependientes de las metrópolis originales. A esta zona se la conoció como «Magna Grecia», por formarse alrededor de la colonia de Graia. Aquí tenemos nuestra primera etimología. Cuando los romanos asimilaron esta zona, asociaron el nombre de «Magna Grecia» a toda la cultura helena. Con lo cual, la palabra «Grecia» pasó al latín para denominar a los helenos. Y del latín pasó al castellano
Esta es la razón por la que llamamos griegos a los helenos. Pero ¿y la palabra sibarita?
La ciudad de Sibaris
En la Magna Grecia el pueblo aqueo fundó la ciudad de Sibaris en el 721 a.c. La ciudad llegó a dominar sobre unos terrenos de 480 kilómetros. Se hizo famosa muy rápidamente por el gusto por los lujos de sus habitantes. ¿algunos ejemplos?
– Un sibarita dormía sobre un lecho de pétalos y se quejaba si alguno de ellos se arrugaba – Los sibaritas enseñaron a bailar a sus caballos para hacer desfiles más hermosos
Destacar también que los sibaritas se dedicaban principalmente al comercio, pues consideraban otro tipos de trabajo, como la alfarería o la herrería, demasiado cansados para ellos.
Esta es la razón por la que llamamos sibaritas a las personas de gustos refinados.
Y ahora acabaremos nuestra historia con una pequeña moraleja. Y es que el lujo excesivo se paga
La destrucción de Sibaris
Cerca de Sibaris existía otra polis, Crotona. Como solía ser habitual entre los helenos, existía una gran enemistad entre ellos. Lo que les llevó a la guerra. Pero he aquí que los Crotoniatas conocían la costumbre de enseñar a bailar a los caballos que tenían los sibaritas. Así que llevaron músicos con sus instrumentos al campo de batalla . Y en el momento justo, empezaron a tocar.
Los caballos sibaritas, para sorpresa y desconcierto de sus jinetes, comenzaron a bailar. Esto dejó al ejercito sibarita en una malísima posición y fueron rápidamente exterminados por los crotoniatas.
Sibaris fue destruida y apenas quedo rastro de ella. Excepto el nombre sus habitantes, que ha perdurado hasta hoy a través del lenguaje
Fuentes
Wikipedia: Magna Grecia Sibaris Bibliografía: Los Griegos, Una gran aventura, Isaac Asimov (ISBN: 9788420637440)
Idea y texto de Asimov proporcionado por Enderteruel ¡Gracias!
Me gustan mucho las frases históricas. Una de mis favoritas es «Alea Iacta Est», no solo por la frase en sí, sino por el contexto en el cual fue dicha. Pongamos en situación.
Julio Cesar y Pompeyo
Tras la muerte del dictador Silas, la República de Roma se encuentra en una dificil situación. El Senado trata de mantener su poder entre las luchas de poder. Oficialmente, el poder máximo en Roma sigue siendo el Senado. De manera extraoficial, el poder está en manos de un triunvirato, formado por Pompeyo, que había librado a Roma de los piratas del mediterráneo y de la revuelta en Asia, Craso, que había aplastado la revuelta de esclavos de Espartaco y Cesar, vencedor de la guerra de las galias.
El equilibrio de poder se rompe con la muerte de Craso en Asia. Pompeyo cambia su posición y pasa a apoyar al Senado, frente al poder creciente de Cesar. En efecto, Cesar había estado amasando demasiado poder militar, tras una serie de conquistas realizadas por su cuenta y el reclutamiento de más legiones de las permitidas.
En esta situación, con Pompeyo al lado del Senado y Cesar manteniendo la opinión de que el Senado es un lastre para el crecimiento de Roma, Julio es llamado a comparecer ante el senado, sin sus ejércitos.
El paso del Rubicón
Estando así las cosas, Julio Cesar se rodeó de sus legiones y se acercó con ellas hacia Roma. En un momento dado, llegó ante el río Rubicon, que marcaba la frontera entre las provincias a su cargo y el resto de la República. En este momento, Cesar se quedó parado. Sabía que si azuzaba a su caballo y seguía hacia adelante, se convertiría de manera automática en un traidor a Roma.
Cesar, tras pensar un poco que hacer, se giró y preguntó a sus legionarios si estaban dispuestos a seguirlo hacia Roma. Les hizo ver que de hacerlos se convertirían en criminales ante el Senado, que se iniciaría una guerra civil y que, de fallar, pasarían a la historia como enemigos de la gran Roma.
Los legionarios respondieron: Aut Caesar aut nihil (O Cesar, o Nada) reafirmando su lealtad inquebrantable a Julio. Una vez obtenido la aprobación de sus tropas, Julio cruzó el rio y comentó: «Alea Iacta Est» (La suerte está echada, literalmente: los dados han sido lanzados»)
Había empezado la Segunda Guerra Civil Romana. Una guerra que cambiaría el curso de la historia y que acabaría con cesar como Dictador de Roma y los poderes del Senado reducidos. Un futuro imperio había nacido.
Si te ha gustado:
Puedes escuchar el Pasaje de la Historia de Juan Antonio Cebrían sobre Julio Cesar
Algunas frases que seguro que alguna vez escuchaste asociadas a algún personaje famoso, pero que no son de ellos.
«Es mejor morir de pie, que vivir de rodillas» Esta frase la popularizaron el Ché y la Pasionaria, pero realmente no es de ellos. La frase original es del revolucionario mejicano Emiliano Zapata
«No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo» Siempre se le ha atribuido a Voltaire, pero tampoco es suya, sino que fue usada por una tal Evelyn Beatrice Hall en un libro en el que hablaba sobre Voltaire.
«640 KB deben ser suficientes para cualquier persona.» Es una leyenda urbana sobre Bill Gates, pero nunca llegó a decirlo. Según él, «he dicho muchas tonterías a lo largo de mi vida, pero nunca esta. Soy informático, cualquier informático sabe que la memoria nunca es suficiente»
«Señora, perdone que no me levante» Otra leyenda urbana. Se dice que esto es lo que pone en la tumba de Groucho. Pero en la tumba solo aparece una estrella de David, su nombre y las fechas de nacimiento y muerte «Eppur si muove» (Y sin embargo, se mueve) Se dice que esto lo dijo Galileo Galilei por la bajo después de ser condenado ante la inquisición por defender las tesis de Copernico. Sin embargo nunca se confirmó que realmente dijera esta frase. De todas formas, es una de frases favoritas
¿Quién fue el primer rey de España? Es una pregunta con muchas implicaciones, pues elegir al que fue primer rey de España implica establecer el punto en el que se puede hablar de España como unidad política.
La opción mayoritaria es decantarnos por Carlos I de España (y V de Alemania). Es el primero en llegar a heredar las distintas coronas que le haría merecedor del nombre de rey de España
Por tanto, Carlos I sería el primer rey de España, al ser la primera persona en portar las coronas de Castilla y Aragón, unificando así la jefatura de estado de los territorios que conforman la actual España. Así que deberíamos considerarle como el primer rey de España de pleno derecho.
Pero aunque no muchas, hay algunas opiniones diferentes.
Fernando II de Aragón como el primer rey de España
Algunos han considerado a Fernando II de Aragón como el primer rey de España. Fernando II es más conocido como Fernando el Católico. El portaba la corona de Aragón, mientras que su mujer Isabel portaba la de Castilla.
Tras la muerte de Isabel la Católica, Juana «la loca», hija de ambos, hereda la corona de Castilla. Pero es declarada no válida para reinar. Si la locura que se le achacó era real o fue una simple excusa para echarla del poder no es algo en lo que voy a entrar aquí (Puedes ampliar la información en esta audio: Una historia de Locura).
Pero como fuera, Fernado pasó a ser rey regente de Castilla. Por lo que en cierto modo sería la primera persona en tener ambas coronas. Sin embargo, no llego a ser rey de pleno derecho, por lo que debemos considerar a Carlos I al primero que tuvo todas las coronas españolas en primer lugar.
Felipe V y los decretos de Nueva Planta
Como dije antes la decisión de a quién designar como el primer rey de España está relacionada con cuando consideramos que se puede empezar hablar de España.
Hay quien considera que hasta que el rey Felipe V no establece los decretos de Nueva Planta no se puede hablar de estado unificado. Felipe V de Borbón es el ganador de la Guerra de Sucesión y unifica las leyes de Castilla y de Aragón. Como represalia por no haberle apoyado, suprime las leyes propias aquellos territorios que apoyaron al candidato de Habsburgo al trono.
Sin embargo no creo que esto valga pare rechazar la existencia de España como estado único antes de estos decretos. Suele ser un error tratar de aplicar criterios modernos territoriales al pasado. El hecho definitorio es que todos esos territorios compartían un mismo jefe de estado desde Carlos I.
Así que en definitiva, Carlos I fue el primer rey de España.
«Yo hablo en español con Dios, en francés con las mujeres, en italiano con mis amigos y en alemán con mi caballo»
Esta frase es de Carlos I, rey de España, Rey de Nápoles, Rey de Sicilia, Rey de Holanda, Duque de Milán, Duque de Borgoña, Emperador del imperio Germánico y presidente de su comunidad de vecinos.
Siempre me había extrañado un poco esta frase. Primero, porque no me parece normal que usase el español para hablar con Dios en vez del latín, siendo tan católico como era y teniendo en cuenta de que estamos hablando del siglo XVI, y segundo, me extraña ese desprecio a su idioma natal, el alemán.
Mirando en la wikiquote he encontrado otra posible versión:
Hablo Latín con Dios, Italiano con los músicos, Español con las damas, Francés en la corte, Alemán con los lacayos e Inglés con mis caballos.
Y la verdad, esta versión me parece mucho más razonable y acorde a su personalidad.
A todo esto, mañana empiezo clases de franchute, a ver si aprendo a desenvolverme en la corte.