Stuttgart: Sabado I, La Lange Nacht der Museen

El sábado me desperté medio muerto y con necesidad de cafeína. Mi amigo no es cafetero y estaba todo cerrado en el campús, con lo que las cosas pintaban mal. Así que me lancé a la búsqueda. Finalmente recordé que en la parada de metro ponían café, a sí que me fui a por ellos y feliz de la vida, me compré un asqueroso café de máquina.

Después de esto volví a la habitación a iniciar el proceso de regeneración. Para que os hagáis una idea, comimos a las 6 de las tarde. Mientras comimos vimos un reality show de la MTV que trataba sobre la vida de Hulk Hogan. Era genial, ver al tipo este desayunando hamburguesas con bacon y conduciendo un horrible hammer amarillo. También era gracioso verle haciendo pregunta al novio de su hija, que estaba acojonadito el pobre.

Esta noche tocaba la Lange Nacht der Museen, que consiste en que abrían todos los museos hasta las 2 de la madrugada. En cada museo, además, habilitaban salas para que DJ pusieran chill out, tocaran grupos de Jazz y todo esto. Y para finalizar ponían 5 lineas especiales de autobuses gratuitas para ir de un museo a otro. Todo al módico precio de 12 �. Como podéis ver, los alemanes se lo montan bien.

Así que salimos hacía los museos, provistos de las sobras de la noche de anterior, que llevamos en botellas de plástico. El primer museo era un museo de arte moderno, en el que tenían una curiosa atracción que consistía en que te hacían una foto y después, dichas fotos las proyectaban en una sala oscura, haciendo un morphing de uno a otro. El museo en sí no era gran cosas, pero la exposición de las fotos estaba curiosa. Decir además, que durante la proyección de las fotos, ponían música dance y hubo una chica alemana que estuvo una hora bailando como una loca, en plan autista.

Después fuimos a un museo de arte africano, pero tampoco era gran cosa. Además algunos nos habíamos comprado una cerveza en el bar del museo y así no nos dejaron entrar.

Continuara…

Stuttgart: Viernes II, muerte y destrucción

Al final de la primera parte nos habíamos quedado decidiendo a donde ir. Habían dos opciones, la boa, una discoteca donde esa noche hacían una Spaniche Musik Partei, algo que no creo que necesite traducción y el Schocken, donde ponen música más rockera y electrónica. Antes de ir para nuestro destino, y para decidir mejor, paramos a tomar una absenta. Con la absenta en el estómago nos fuimos al Boa.

Y allí estábamos en el Boa, en Alemania, escuchando al Canto del Loco, Heroes del Silencio y Shakira. Al cabo de una hora aproximadamente, uno de los erasmus me avisó de que mi amigo le había mandado un mensaje, diciendo que cuidaran de mí. Si señores, nos habíamos dividido en dos grupos y yo todavía no me había enterado. Por fortuna otra erasmus se ofreció a cuidar de mí si me perdía. Así que alegremente seguimos allí.

Pero llegó el momento de reunirnos todos, así que fuimos al Schocken, a reunirnos con el resto de la gente. El sitio estaba un poco lleno de gente y cerraron pronto, pero no estaba nada mal, aunque sinceramente, no me acuerdo muy bien de que tipo de música. Si recuerdo que mientras esperábamos a reunirnos todos estuve practicando el inglés hablando durante una media hora mientras hacíamos, por mi parte, autocrítica sobre el conocimiento de los idiomas por parte de los españoles y despotricamos contra los ingleses.

Nos dirigimos de nuevo al Oblomov, donde estuvimos también el día anterior. Por el camino nos alimentamos, algunos, de unos restos de Kebap que alguien había dejado en una tienda, así de acabados estábamos. En el Oblomov por cierto, yo estaba muerto. Mi amigo y el resto de Erasmus se mantenían frescos pero yo estaba deseando volver a casa. Sin embargo me tuve que aguantar

Enlaces:
Schocken: https://www.club-schocken.de/
BOA: https://www.boa-disco.de/index-1.htm
Classic Rock Cafe: https://www.classicrockcafe.de/index1.html (Estuvimos solo 5 minutos el jueves)

Finalmente cerraron el Oblomov, tras aguantar yo medio muerto durante casi dos horas. Nos volvimos a casa, a mí me dejaron en la habitación y ellos se fueron a otra casa a jugar a la Play.

Stuttgart: Viernes I, demasiado alcohol

El viernes nos levantamos y nos fuimos a comer al Mensa, que es el comedor universitario de Stuttgar. Destacar que te ponían más o menos la misma cantidad de comida que en el comedor universitario de la UAB , pero por dos euros menos. Y destacar también que en vez de dejar las bandejas con los platos sucios en una mesita móvil, como aquí, se dejaban en una cinta transportadora que automaticamente separaba la basura y limpiaba la loza. Espectacular.

Una vez echo esto, nos fuimos a un centro comercial que era algo así como el Alcampo de Alemania. Compramos cantidades irracionales de comida y bebida y una de las Erasmus se fue a darse una sesión de rayos uva, pues decía que estaba muy blanquita. ¡Joé, que estás en Alemania, como quieres estar! También hicimos la compra de alcohol. Con nosotros estaba el super erasmus borracho, que hizo el siguiente reparto: 4 quieren ron, 6 whiskey, pues compramos 4 botellas de ron, 6 de whiskey, 2 de tequila y 6 cartones de tinto. Como veis, la vida erasmus lleva a la degradación de cuerpo y espíritu. Pero al menos es divertida.

Tras esto fuimos a comer a la habitación de un colega que tenía un póster de la última cena de DaVinci, donde Jesús aparecía como crupier y los apóstoles con cartas de poker y cubatas en la mano. Bajo tal muestra de herejía estuvimos bebiendo mientras venían más gente, convirtiendo el lugar en una versión alcohólica del camarote de los hermanos Marx. A todo esto, una chica me vio y dijo «Anda mira, carne fresca». Si señores, así es la vida erasmus, que convierte a un tipo con tanta clase como yo en un simple trozo de carne fresca.

Cuando la habitación ya estaba peligrosamente repleta, nos marchamos al campus y seguimos bebiendo, mientras un chico amenizó la noche guitarra en mano, cantando grandes clásicos de los 80 y de los dibujitos animados de los 90. Estábamos a la espera de ir a una fiesta que organizaban unos polacos amigos de una erasmus catalana.

La llamada llegó y nos fuimos en el metro hacia nuestro destino, como cubas a estas alturas de la noche, que por cierto, no eran aún ni las 10. La fiesta de los polacos es el tipo de fiesta que os podéis imaginar de un país del este de Europa. Es decir un antro oscuro donde la única bebida disponible era un extraño vodka asesino que te quitaba un mes de vida por cada chupito consumido. Ante este encantador panorama estuvimos bebiendo un poco más, hasta que no quedó alcohol y nos decidimos a irnos de allí hacia otro lugar.

Continuará.
En la próxima entrega:
– Absenta
– Perdido en Stuttgart
– Comiendo desperdicios
– La alfombra mágica

Fiesta en el Museo

Becquer
Una fiesta aquí

Ayer estuve de fiesta en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Es al primer museo que voy en BCN y ha sido por una fiesta de Bacardi, lo cual dice mucho sobre mis supuestas inquietudes culturales.

Una de mis amigas está buscando curro en algo que tenga que ver con su carrera, pero mientras tanto, ha conseguido trabajo como acomodadora en el Cirque du Soleil. Ayer era el gran estreno y regalaron a los trabajadores una serie de invitaciones para una fiesta en el citado museo, con barra libre de Bacardi.

El lugar era impresionante. Cuando ibamos para allá yo pensaba ¿no será allí, verdad?. Se accede al museo desde la plaza de España y tras subir por unas escaleras mecánicas, entramos cual Vips, sin hacer cola y por una alfombra roja. De haberlo sabido me habría vestido todo lo fashion de lo que soy capaz.

Los de Bacardi habían habilitado la sala Oval (vease foto), como mega discoteca. En los graderios del fondo, tenían puesto luces y había unas tias vestidas de vestales cantando. Incluso en un momento aparecieron algunos de los del Cirque du Soleil del techo y se pusieron a hacer cosas sobre una serie de plataformas suspendidas en el aire.

Y además barra libre. Sin duda la mejor fiesta a la que he ido nunca, al menos en cuanto al recinto.

Cuando pueda, pondré fotos, aunque no se ven muy bien.

Pd: Ya tengo las entradas para el concierto de Yann Tiersen, que es el miércoles.

Enlaces:
MNAC
Cirque du Soleil

Despedida a la holandesa

Ayer fue la despedida de una amiga nuestra holandesa que está aquí de Erasmus. Ahora vuelve a Holanda y dentro de un mes se va a Portugal. Dos erasmus en un año. Ese es el espíritu.

Aparte, los que quedaban por hacer exámenes terminamos ya entre ayer y el lunes. Todo esto tiene como consecuencia lógica una fiesta gorda para celebrarlo.

Primera parada: Pub Irlandés
Llegué al Flaherties, la primera parada de la noche. Allí estaba la holandesa en cuestión con una de mis amigas. También había un guiri borracho que les regaló una rosa a cada una y que a mí me levantó por los aires para después darme un beso en la mejilla. En fin

Después nos reunimos todos, nos tomamos unos cuantos cócteles y nos fuimos a beber Xivecas -ejem- en una plaza en el Raval, delante de la sede del Distrito Ciutat Vella, que es el mejor sitio para realizar un acto tan claramente incívico como beber bebidas espirituosas en la calle.

Segunda parada: Poble Nou
Nuestro objetivo era ir al Poble Nou y estar en la Oveja Negra, donde ya estuvimos en la fiesta de ambientales (buscar en el blog, que no tenga ganas de poner enlaces con la resaca). El Poble Nou es el lugar donde esta la Razzmatazz y en el existen una buena cantidad de bares relativamente grandes que, siendo martes, estaban todos cerrados.

Así que nos bebimos el cargamento y jugamos a las películas chicos vs chicas, quedó como empate técnico.

Solución: Bus Nit y vuelta al punto de partida.

Tercera parada: Ramblas y Rabal
Pues estuvimos dando vueltas buscando un bar abierto por el Raval, pero que te cobren 9 euros sin ofrecerte derecho a copa, como que no. Por el camino, tiramos a la Holandesa a una fuente, para despedirla como se merece y le dijimos a un BCNeta (servicio de limpieza de Barcelona) que le diera un manguerazo. Después de tales actos de gamberrismo en colaboración con los servicios públicos de la ciudad, nos dirigimos a la plaza real

Cuarta parada: Plaza Real.
En este oneroso lugar, entramos en una pequeña discoteca cuyo precio de entrada era razonable. No me acuerdo del nombre, la verdad, pero si vais a Barcelona, con saber que en la Plaza Real existe un lugar barato donde poder entrar un martes, ya es suficiente información. Todos canjeamos nuestras entradas por una cerveza, excepto yo, que me pedí un cubata, como debe de ser.

Aquí estuvimos bailando, haciendo el tonto y haciendo fotos.

Quinta parada: El metro
En el metro practicamos el noble arte del buyu, algo que es mejor no definir, pero que dejaría perplejos a los encargados de las cámaras de seguridad del metro. Tras unas cuantas despedidas, o mejor, tras unos cuantos hasta luego, nos subimos al metro.

Nota mental: Volver a casa en metro después de estar bebiendo desde las 8 de la tarde es fatal para la cabeza. Una par de paradas más y echo la pota.

Dia siguiente (hoy):
Trabajar con resaca, ouchhhh

Dormir dos horas en dos días

Esto pasó el fin de semana primero de Diciembre, es que escribo con retraso.

Bueno ese fin de semana, las señoritas Ro y Sil se iban a Sevilla porque era su graduación. Yo, caballero educado y un poco carajote me comprometí a recogerlas en el aeropuerto el Domingo a las 11. Realmente me comprometí a, que si el Sabado no la liaba mucho, iría el Domingo al aeropuerto. Ellas a cambio me invitarían a jamón, chacinas y todo tipo de comida infame que cogerían prestada en las casas de sus generosos padres.

Bueno, el sábado fuimos al barrio gótico a birrear. El barrio gótico es un lugar de barna donde en un bar minúsculo y de mala muerte te cobran 2 euros y medio por un botellín. Después de estar allí un rato y de descubrir que nuestra amiga de raza aria Ira fabrica su propio pan con una harina multicereálica que compra en el super, el señor Al., un amigo nuestro de Málaga, me dijo que había quedado con una amiga germana y otras tres amigas suyas para ir a una fiesta en una casa okupa.

A mi las fiestas en casa okupa no me llaman especialmente la atención. Además era una fiesta reggae, lo cual me llama menos aún la atención. Llevar a seis personas en el coche, pues había que ir en coche, en el estado policial que es BCN menos aún. Pero la idea de 4 alemanas es más atráctiva.

Los que ya conozcais mis historias, supondreis lo que pasó. Que al final no eran 4 alemanas sino una alemana y su amigo italiano. Bueno, al menos así no habría problemas con los amigos Mossos.

La fiesta era en Llobregat, fuera de Barna. Llobregat es una de esas colonias que el imperio Andalusí estableció en Cataluña cuando Franco aún no tenía flebitis. Es un sitio donde las calles no se llaman «Carrer de Ramon Llull«, ni «Avinguda de Pi y Margall«, sino «Calle del Sol» y «Avenida de Blas Infante«.

Tras mucho dar vueltas, llegamos a la kasa okupa, una granja abandonada. En cuanto al ambiente, si os digo que era una fiesta reggae en una casa okupa, pues imaginaros el ambiente.

El caso es que estubimos allí hasta tarde. Yo llegué a mi casa a las siete y media de la mañana. Y había quedado en recoger a las niñas, con lo que puse el despertador a las 10 menos cuartos. Solo dos horas de sueño. Merezco que me suban a los altares 😛

Recogí a estas dos, que me informaron que en Sevilla también habian prohibido el botellon, que hacía mucho más frio que en BCN y que estaban igual de yonkas que yo, como era de esperar.

Fuimos a su casa y desayunamos tostadas con aceite y jamón ibérico. Después dormimos. Nos despertamos y comimos. Después dormimos. Nos despertamos ya de noche, es decir a las seis. Sil. había quedado con unos excompañeros de trabajo suyos que habían venido a BCN para ver el concierto de Iron Maiden, con lo que fuimos para el centro de la ciutat

Estuvimos en un sitio conocido como el Teatre Antic, al lado de la plaza de Urquinaona. Es un sitio grande, amplio, decadente, barato y con patio exterior. La única pega es que tienes que ser socio para consumir. Bueno, para los que conozcais a mis amigas sevillanas ya supondreis que rapidamente se camelaron a la camarera con todo tipo de argumentos para que pasaran ese detalle por alto.

Después de estar ahí, volvimos al hogar de ellas y nos dimos un homenaje con una cena andaluza, es decir, papas con mojo picón, jamón del bueno, queso curado y todo ese tipo de cosas grandiosas que rara vez comemos los que vivimos fuera de la casa de nuestros padres.

Y así paso el fin de semana.

Barcelona, tres meses y 3 días. 13 grados, por la noche mucho frio. La tripulación camina cual zombi.

Resumen Barcelona: Sangre de Toro y el coche

Dios Baco
Baco en todo su explendor

Llevo tiempo sin escribir sobre mi vida en Barcelona, así que voy a hacer un resumen rápido. Como podeis comprobar por la fecha y la hora, escribo esto un viernes a las una de la madrugada. Es que la gente está de exámenes y hoy no sale nadie, así que me he quedado frikeando un poco.

Bueno, el sábado pasado descubrí lo que podemos llamar la trampa de la diagonal. Esta consiste en que entras en la calle que cruza Barcelona de punta a punta y que se llama Diagonal y ya no puedes salir. Si señores, en la Diagonal se entra, pero no se sale, excepto en puntos muy concretos. Vamos, que acabé en la otra punta de la ciudad y lógicamente, me perdí. Iba a la calle Aragó y tarde lo mismo que si hubiera ido a Aragón. Y después tardé la friolera de 1 hora, ¡una maldita hora! en encontrar aparcamiento. Mi racha de llegar y aparcar se ha acabado.

Ese viernes el plan era cenita en la casa de nuestros amigos vascos que, como buenos vascos que son, tienen buena mano para la comida. El caso es que yo llevé cuatro botellas de vino y claro, cojí un ciego enorme. Acabé borrachísimo, me puse a llorar un poquito, según me contaron, que yo no me acuerdo y me llevaron a la cama para que no molestara. Y los muy caraduras se bebieron el vino que quedaba. Malditos.

Por cierto, el vino que compré era un vino catalán conocido como Sangre de Toro, lo cual no deja de ser un nombre curioso para un vino de esta tierra. En la etiqueta pone que tiene ese nombre porque los antiguos romanos, unos tios grandes, llamaban el Toro al dios Baco. Por cierto según me contaron, tengo la sorprendente habilidad de, estando totalmente borracho, coger una botella de vino, levantar el brazo como si estuviera escanciando sidra, moviendo la botella en círculos y, mientras sigo hablando mirando al frente, servirme una copa sin verter ni una sola gota. Pues claro, soy un Sacerdote de Baco de nivel 8, ¿qué os pensabais?

Por cierto, os habreis fijado que vuelvo a poder poner imágenes en las entradas. Como ya estoy matrículado ya tengo el internet un poco menos restringido y vuelvo a tener acceso a ftp.

Mañana, nueva entrada con: Els Castells, examen de catalán y las ventajas de tener tetas en la busqueda de pisos.

Barcelona, dos meses y 18 días. 17 grados, voy a la uni en camiseta. La tripulación anda un poco mareada

Los mossos nos persiguen. La fiesta clandestina

Después de la noche anterior, cortada en seco por la guardia urbana, esta noche teníamos por intención una cena tranquilita y estar fuera de casa antes de las 10. Así que llegue a casa de estas pendejas, que habían estado haciendo turismo por la tarde y saqué las dos botellas de Cacique 500 que había comprado para celebrar mi cumpleaños.

Cenamos y nos tomamos un cubatilla y nos fuimos a la plaza del Sol, a seguir bebiendo allí. Problema, nada más empezar, un grupo de Mossos aparcaron allí y estuvieron casi hora y media vigilando. Por fortuna ya somos amigos de los pakis y estos nos avisaban de cuando podíamos y cuando no podíamos beber. Tened en cuenta que a esta gente les estamos pagando la educación de sus hijos, con lo cual que menos que nos ayuden a evitar encontronazos policiales no deseados.

Tras esto, nuestro querido Jaume, el único autóctono del grupo, nos llevó a un supuesto garito donde pinchaba un amigo suyo. Digo supuesto , porque en realidad no era sino un restaurante italiano que por esta noche se había reconvertido en discoteca clandestina. Pero era barato (12 Euros con dos copas) y como tampoco conocemos más sitios, pues allí fuimos.

Como era de esperar acabamos hasta las tantas. De hecho, nos hicimos amigos de los tres tíos de la barra (un argentino, un siciliano y un italiano, ya veis que peligro). Estuvimos hablando con ellos, nos invitaron a chupitos, a pa amb tomaquet y demás. Maravilloso. Por cierto, si vais a Barcelona y buscais una pizzeria: Gran vía 618. No se como estarán las pizzas, pero que menos que hacerles publicidad después de lo bien que nos trataron

A la vuelta me encontré otra vez con los mossos. Parados en mitad de la carretera, en un control de alcoholemia. Yo me puse un poco nervioso por que me había tomado unos cinco cubatas y como diera positivo se me podía caer el pelo, pues aquí soy totalmente coche dependiente. Por fortuna, parece que el destino me ayudó, pues el mosso se me quedó mirando me dijo, ¿has bebido verdad?, a lo que yo no pude que decir que no, pero todo acabó con un simple, anda vete, ponte el cinturón y no bebas más. Salvado por unas décimas.

Y eso es todo. Esta noche seguramente hago una cenita en plan calidad y no alcoholica y ya se irán.
Seguiremos informando

Cosas que te minan el ánimo

Bueno, ayer vinieron cinco nuevos Sevillanos y hicimos fiesta para celebrarlo. Fue una noche aciaga, repleta de pequeños detallas que hunden tu moral, aniquilan tu ánimo y te tocan los huevos.

Hagamos un pequeño resumen:

Lista de pequeñas infamias

  • Estar en casa de unas amigas, feliz y contento y tener que irte a recoger a cuatro gandules al aeropuerto :P. Sobre todo si te pierdes por el camino, a causa de unas malditas obras cortacalles. Es lo malo de ser el taxista oficial del grupo, como soy el único con coche
  • Recoger a tus amigos, ir enseñándoles la ciudad y casi morir por coger mal un cambio de carril donde me despisté hablando. Es la primera vez que me dicen hijo de puta en otro idioma. Y bien que me lo merecí. En realidad mi vino bien, los pequeños casi accidentes sin consecuencias vienen bien, te hacen ver que conducir no es un juego
  • Estar en una fiesta grotesca, con todo el mundo embrutesío, pegándonos de ostias, bebiendo, fumando y de repente, crack, el sofá cama partido por la mitad
  • Estar viendo si el sofá tiene arreglo y entonces, riiiiiing, la guardia urbana (los locales), que han llamado 5 o 6 vecinos y han presentado una, justificada, denuncia
  • Que a partir de las 5 en Barcelona no haya ningún garito donde poder entrar sin dejar 20 Euros para tomarte una copa. Si señores la leyenda de que Barcelona es la ciudad de la juerga nocturna es relativa. Aquí los sitios, o cierran muy pronto, o son carísimos o las dos cosas. Y además es un estado policial. No os engañeis, Sevilla para salir es mucho mejor. Barcelona es mejor para un único fin de semana, pero no para todos los días
  • Volver al coche, que no recordaba donde estaba aparcado, e ir pensando, voy a conectar el ipod y voy a escuchar los piratas, voy a conectar el ipod y voy a escuchar los piratas. Y llegar y ver que el conector del iPod al coche se ha roto. Arghhhh!!!
  • Buscar en la guantera el cd de los piratas y recordad que es el único cd, arcaico medio de almacenamiento músical, que tengo en casa y no en el coche
  • Llegar a casa amaneciendo

Pero lo peor de todo, lo que realmente te mata es levantarte, comer un poco, volver a remolonear a la cama y, cuando por fin dices, bueno voy a levantarme a aprovechar el día, subir la persiana y darte cuenta, que el día ya ha acabado, que son las seis y cuarto de la tarde y que ya es de noche.

Esto te mata. Te destruye. No hay nada peor que despertarte y que ya halla anochecido.

Que os vaya bien caballeros.

Barcelona, Un mes y veintiocho dias. 16 grados, el grajo vuela bajo. La tripulación está de desmoralizada, pero ya se le va pasando