Lo reconozco, vale. Creo que me voy a comprar el nuevo iPhone. Se supone que va a salir a 199€, más las terribles condiciones de contrato que quiera imponernos Telefónica en España. Mis razones son varias:
– El uso continuado de un MacBook y un iPod te asimilan totalmente dentro del colectivo maquero. Llega un momento en el que, frente a las novedades de Apple Resitir es ínutil 😛
– Es una pijada tecnológica y mola mucho, que huevos
– La escusa “oficial” es que, trabajando como programador web, me puede venir bien un cacharrito de estos. Un par de trabajos del tipo “adaptación de web para iPhone” o similares y justifico la inversión
Pues nada, que probablemente en Julio me lo compre.
En otro orden de cosas, el final de temporada de Lost estuvo muy bien, aunque no le llegó a la suela del zapato del final de la tercera temporada. Básicamente porque el final de la tercera temporada es lo mejor que se ha hecho en televisión desde que existe un invento llamado televisión y en ese invento echan series.
Y dejar aquí constancia, que aunque me sigue pareciendo una gran serie, no me acaba de convencer el tono de ciencia ficción que está tomando ultimamente.
Pero respecto al final de Lost, aunque me gustó, me gustó mucho más el final de House. Que gran frase la de,: -spoiler- La vida no debería ser aleatoria. Si hay un accidente debería morir el drogadicto misógino sin amigos, no la joven enamorada con ilusiones de llegar lejos -spoiler-. Por cierto, ¿os fijasteis en la propaganda de Barak Obama que salio? Básicamente una pegatina de “Change, we can” en la escena en la que Trece está sentada en el cuarto de baño.
Y aquí acaba mi entrada de chorradas de hoy. Para los que os han gustado mis últimos artículos sobre ciencia, decir que tengo otro en preparación, sobre la llamada “partícula divina”, el bosón de Higgs.
Deja una respuesta