Los desposeídos, Ursula K. Legin

Él se había propuesto negociar con ellos, la idea de un anarquista iluso. El individuo no puede negociar con el Estado. El Estado no reconoce otro sistema monetario que el del poder. Y él mismo acuña las monedas.

Los Desposeidos

Los desposeídos, una utopía ambigua es un libro escrito por Ursula K. Legin que narra la historia de un científico anarquista que tiene que irse a vivir a una sociedad capitalista. Ganó los premios Nébula, Locus y Hugo a la mejor novela de ciencia ficción.

Lo primero, un aviso. Los desposeídos no es un libro de ciencia ficción. Vale, tiene los principales premios del género y suele categorizarse como tal. Y la historia transcurre en otro planeta. Pero es un ensayo novelizado sobre el anarquismo. Si buscas especulación científica o sobre como nuevas tecnologías pueden afectar a nuestra sociedad, este no es tu libro. Si buscas leer algo sobre anarquismo y te da pereza leer a filósofos rusos de principios del XIX, Los Desposeídos te resultará una lectura muy interesante.

El argumento es el siguiente. El protagonista, Shevek, es un científico que habita en la luna del planeta Urras. En este planeta hubo una revolución anarquista hace casi dos siglos. Tras ella, los anarquistas son exiliados a la luna, habitable pero escasa en recursos. En esta luna se forma una sociedad anarquista, mientras en el planeta natal se mantiene el sistema capitalista anterior. Legin nunca usa la palabra capitalismo, habla de “propietariado”, pero el tipo de sociedad descrito es capitalista, aunque reciba otro nombre.

Si puedes ver una cosa completa, siempre te parece hermosa. Los planetas, las vidas. Pero de cerca, un mundo es tierra y piedras. Y día a día, la vida es trabajo duro. Te cansas, te pierdes. Necesitas distancia. Para ver qué hermosa es la tierra, hay que verla desde el espacio. Para ver que hermosa es la vida, hay que contemplarla desde la cercanía de la muerte

La historia empieza cuando Shevek decide abandonar su sociedad para viajar al mundo de los propietarios. Él está desarrollando una nueva teoría física que podría revolucionar la ciencia, pero se encuentra atascado. Y por unas razones que en un inicio desconocemos, piensa que la única forma de salir de su bloqueo es alejarse de los centros de conocimiento de la luna de Urras.

En Los Desposeídos se van alternando dos líneas temporales. Por un lado se nos cuenta la vida de Shevek desde que era joven. Como fue creciendo en una sociedad anarquista, descubriendo sus virtudes y defectos. Y que fue lo que le llevó a abandonar esta sociedad para ir a Urras.  Por otro lado, los capítulos en los que Shavek va adaptándose a la sociedad del propietariado, viendo sus ventajas e inconvenientes. Ursula Legin nos muestra aquí una trayectoria vital similar dentro de dos sociedades opuestas.

Es posible que estés pensando si el libro tiene algún tipo de sesgo ideológico. Partiendo de la base de que es inevitable tener sesgo a la hora de escribir, Legin nos muestra las virtudes y desventajas de ambos sistemas. En ese sentido es más o menos neutral, aunque está claro que la autora tiene especial predilección por el sistema anarquista. Pero tampoco es una historia de alguien que llegue a una sociedad capitalista y empiece a ser todo opresivo y horrible.

Siempre la fascinó la costumbre del propietariado de envolverlo todo en papel y plástico y cartón y hojas de metal laminado. Todo venía dentro de capas de envoltorio. Hasta los paquetes de papel venían envueltos en capas de papel. Para que nada estuviera en contacto con nada. Había empezado a pensar que a él también le habían empaquetado

El estilo de lectura es en base a diálogos. Legin no entra en muchas descripciones, sino que son los personajes que nos describen el mundo en base a sus conversaciones. Como comenté al principio, poca ciencia ficción hay en este libro. Los personajes se desplazan en coches o trenes, viven en ciudades parecidas a las nuestras y se informan leyendo la prensa o por la radio. Las diferencias sustanciales están en la forma de pensar, y los pensamientos se explican mejor mediante diálogos.

La novela carece de una trama fuerte. Es Shavek yendo de un sitio a otro, mientras trata de entender lo que ve. En algún momento se nos presentan algunas subtramas a su alrededor, pero nunca adquieren demasiado peso. Los Desposeídos no es un libro que vayamos a devorar para saber que va a pasar a continuación. Es una historia para hacernos reflexionar, más que para sorprendernos.

En su idioma las formas singulares del posesivo eran empleadas para dar énfasis. Lo niños podían decir “mi madre”, pero pronto aprendían a decir “la madre”. Nunca decían “me duele mi mano”, sino “me duele la mano”. Nadie decía “esto es mio y aquello es tuyo”; decían “yo uso esto y tu usas aquello”

Lo interesante de esta obra es ver como muchas cosas que damos como inherentes a una sociedad humana no lo son, sino que son como una consecuencia de vivir en una sociedad capitalista. Shevek nos hace ver que si eliminamos de nuestra sociedad la idea de propiedad no solo cambia el modelo económico, sino también las relaciones personales, familiares e incluso el propio habla. Las citas que he puesto ilustrando esta reseña os pueden servir de ejemplo.

Nota: Notable.

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