Bueno, ya estoy empezando a salir de juerga por aquí. De hecho la gente ya estaba empezando a dudar de mí, y estaba perdiendo mi reputación de fiestero.
Día 1, Barrio de Gracia: Quedé con un amigo de mis amigas y su compañera de piso, que es alemana. Bueno, estuvimos en el barrio de Gracia, que es algo así como el barrio bohemio de Barcelona. Para los sevillanos, es como la Alameda.
Aquí conocí una de las características básicas de la noche barcelonesa. Los pakistanies, o pakis para los amigos. Como los bares barceloneses suelen ser caros, estos amables caballeros se pasean por las calles vendiendo cerveza fría a un euro. Es decir, tu te vas a una placita, te sientas y esperas a que los simpáticos pakis se te acerquen a proveerte de bebida.
Bueno, la noche transcurrió sin nada especialmente interesante que contar, pues fue una primera toma de contacto con la ciudad. Y con los que había quedado, que en realidad no les conocía de nada
Dia dos, Vic: El siguiente dia estuve llevando cosas a la casa de mis amigas, desde cuya terraza se ve la Sagrada Familia y que está a cinco minutos de la calle San Antonio Maria Claret (para quien no lo coja, es el colegio donde yo estudié). Por la noche nos juntamos un vasco, un catalán y un sevillano. ¿Para qué? ¿Para salir en un chiste? No, para ir al Mercat de la música viva de Vic, una serie de conciertos gratuitos por las calles de Vic
Bueno, Vic ya es parte, según contó nuestro acompañante catalán, de lo que podemos conocer como la Cataluña profunda. Dicho de otra forma, si cuando tu vas andando por Barcelona, el 60, 70 por ciento de las conversaciones que escuchas son en castellano, en Vic todo el mundo habla en catalán. De hecho, en algunas tiendas ni siquieran hablan castellano aunque lo hagas tu.
Los conciertos eran muy variados, lo mismo te encontrabas pop, que ska, que funk, que un grupo de cuerda y viento tocando canciones de Louis Amstrong. En general estaba bien aunque los precios de los bares, para comer y beber, eran un poco abusivo, como era de esperar en un concierto gratuito. Por suerte, encontramos un grupo de punkies que vendían cerveza, al igual que los pakis de Gracia.
También me llamó agradablemente la atención de que aquí todos los bocadillos (entrepan en catalán, me encanta esta palabra), son de pan amb tumaca. Es decir, si te compras un bocadillo de butifarra, el pan del bocadillo está frotado en tomate, lo que lo hace más sabroso.
Y como curiosidad final, en oposición al Mercat de la música Viva, había un festival de la música muerta, donde tocaban grupos de Death Metal, Trash Metal, Death Grind Metal y similar.
Bueno, eso es todo, de momento. Esta semana se preveé tranquila. Pero a partir de la semana siguiente empieza a venir aquí todo el mundo y yo empiezo con las clases en la universidad. Las cosas empiezan a ponerse interesantes.
Expedición a Barcelona. Dia 11. Soleado, con algo de frio. La tripulación explora el terreno
Deja una respuesta